Las Misiones Pedagógicas, fueron creadas por el primer gobierno de
la IIª República Española. Estaban inspiradas en la filosofía de
la Institución Libre de Enseñanza, promovida a su vez, por una
burguesía culta y progresista.
En mayo de 1931, un mes después de la proclamación de la IIª
República, se dictó un decreto por el que se creaba el Patronato de
Misiones Pedagógicas.

Sus funciones iban a ser, las de difundir la cultura general, la
nueva orientación docente y la educación ciudadana, en las villas y
aldeas apartadas (no sólo geográficamente) de los circuitos
culturales existentes. Los gastos de los servicios y de los
materiales, correrían a cargo del Ministerio de Instrucción
Pública.
La necesidad de esta iniciativa era obvia. Se partía del dato, de
una tasa de analfabetismo del
44% de la población, localizada principalmente en el medio rural.
Para asignar una misión a una localidad concreta, era preciso que
ésta realizase una propuesta formal.

Al principio, las solicitudes eran escasas, y a los pocos meses,
éstas se disparaban, obligando a realizar una selección, que primaba
a los pueblos más pequeños y aislados.
Casi
al tiempo que comenzaron las Misiones Pedagógicas, Lorca empezó a
colaborar en varios proyectos culturales promovidos por la IIª
República.
Fundó
comités en todas las grandes ciudades, los cuales propiciarían el
intercambio de ideas innovadoras. Dichos comités, estarían
compuestos por jóvenes intelectuales, que compartiesen
el amor a los principios de libertad y de progreso social.
La idea de organizar La Barraca, le vino a Federico en su viaje a
Nueva York, en su estancia en
la Universidad de Columbia. Se fijó en una tradición muy
consolidada en los Estados Unidos,

que era la existencia de una gran cantidad de grupos de teatro no
profesionales.
A su vuelta, en noviembre de 1931 propuso una idea que consistía en
construir una barraca (desmontable), con capacidad para unas 400
personas, para llevarla por todas las regiones de España.
En julio de 1932, se crea la Compañía Estatal de Teatro
Universitario “La Barraca” y se nombran 2 directores para
gestionarla y desarrollarla: Federico García Lorca y Eduardo Ugarte.
La idea fundamental era la de “popularización de la cultura”, la
cual se realizaba en tres fases. En primer lugar, la instrucción,
luego el conocimiento y por ultimo desarrollar el gusto por lo bello.
Sus primeros componentes (actores y asistentes) procedían en gran
parte de la Residencia de Estudiantes y del Instituto-Escuela de la
Institución Libre de Enseñanza.
El Teatro Universitario no sólo buscó el público rural, sino
también el urbano. Lo mismo se representaba una obra, en una plaza
de pueblo, que en un famoso teatro de una gran ciudad.